Hoy traigo la historia de un vestido que me parece precioso pero que además podía haber sido perfecto.

Es feo criticar un trabajo que has hecho tu misma y me disgusta la gente que lo hace pero pienso que si os cuento los pequeños detalles que le faltan a este vestido para pasar de precioso a perfecto quizás os resulte de ayuda en futuras confecciones.

Es el Fairy Tail Dress de mi marca de patrones favorita para niños Oliver&S. Es un vestido de esos que coses para ocasiones especiales: va completamente forrado, lleva un cuello bebé, mangas tulipán y se entalla al cuerpo con pinzas en el delantero y trasero. También incorpora un lazo pero ya sabéis que no soy muy de lazadas, en su lugar le di un toque brillante en la cintura con un cordoncillo dorado.

Lo cosí con una sarga de Telaria que he usado también en otras ocasiones (como estos pantalones para Indi), me gusta la gama de colores que ofrece, me gusta el tacto, me gusta como se cose, como se lleva, como se lava y como se plancha. Es una combinación del color Charm para el cuerpo y el color tomate para la falda. El forro es en un algodón muy fino de la diseñadora de los patrones de Oliver&S, Liesl Gibson, se llama Woodland Clearing, de Robert Kaufman. La verdad, no me imaginaba un vestido tan especial con un forro cuaquiera.

Cosí este vestido para las fiestas Navideñas y, como siempre, iba justa de tiempo. De ahí los pequeños fallos que quedaron sin resolver. Para empezar cosí el cordoncillo de la cintura sin pensar, así que no le saqué parte del cordón de relleno y el grosor hace que la cremallera invisible se abra cuando se cruza con el piping. Algo le pasa al cuello que se levanta tanto de delante como de atrás, posiblemente un día lo desmonte porque me tiene frita. También está el tema del forro en la zona de las sisas…. tenía que haberlo cosido a mano para esconder las costuras pero las instrucciones indicaba que había que coserlo así y no tenía tiempo ni de parar a pensar un montaje alternativo que fuera compatible con las mangas y el resto. Por último los hombros…. chicas medid bien el patrón porque aunque lo modifiqué (talla 8 de vestido quitando varios centímetros de largo) me resulta estrecho de espalda, la pequeña A ha heredado mi espalda de nadadora y hay que redibujar esta parte.

En resumen, un vestido de esos que te encanta pero que cada vez que ves recuerdas esos pequeños errores que te miran con carita acusadora. ¿Porqué somos tan duras con nosotras mismas?